Hay almas extraordinarias, cuyo paso por
el mundo deja una huella imborrable en miles de personas gracias a su
sensibilidad y la sabiduría de sus palabras.
El Rabino Dr. Abraham Twerski Z`L (1930-2021) fue una
de ellas.
Descendiente de
una dinastía jasídica, después de su ordenación rabínica su vocación por ayudar
a las personas lo movilizó a formarse como médico, forjando con los años una
trayectoria profesional monumental en el campo de psiquiatría y la salud mental:
fundó centros de rehabilitación y reinserción social para alcohólicos,
ludópatas, drogadictos y ex convictos; y llegó a dirigir el departamento de
Psiquiatría en el hospital St. Francis, en EEUU. por más de 20 años.
Era un escritor
prolífico: en sus 90 libros desarrolló temas de su especialidad profesional, pero
alcanzo reconocimiento con sus escritos sobre espiritualidad judía enfocada en
el desarrollo personal, autoestima y el aprender a perdonarse.
Ya en los
últimos años, su pensamiento se replicó en revistas y medios digitales,
editándose videos con extractos de sus conferencias subtitulados a varios
idiomas, contabilizando reproducciones en todo el mundo.
Con su
capacidad de transmitir conceptos profundos de forma clara y sencilla, sus
reflexiones aportaban una perspectiva original, porque comunicaba con la mirada
y el corazón.
En los primeros
versículos de la Parashá y la Haftará que nos convoca esta semana, hallamos
rápidamente la conexión entre ambas:
Iehoshua, líder del pueblo de Israel después de la muerte de Moshé Rabenu, envía espías a la tierra
de Israel, así como Moshé lo hizo en su momento.
Rab. Twerski
aporta un enfoque muy interesante sobre este tema: ¿por qué casi todos los
espías que envió Moshé en la Parashá regresaron con un informe negativo,
mientras que los que envía Iehoshua en la Haftará regresaron positivos y
entusiasmados?
La diferencia,
explica el Jajam, residía en la actitud
con que asumieron la misión.
Los espías de Moshé
se dejaron llevar por la incertidumbre, estaban llenos de preguntas: ¿Entrar o
no entrar a la tierra? ¿Podremos hacerlo? ¿Tendremos éxito? ¿Quienes viven
allí? ¿Cómo son? ¿Y qué alimentos hallaremos?
Los de Iehoshua,
por el contrario, no tenían dudas. Esa era la voluntad de D-s: sabían que así
seria. La única cuestión era cómo harían ellos para entrar a la tierra.
“Cuando una
persona emprende una tarea con la mente en positivo”, dice Rab Twerski, “su enfoque
se centrará en alcanzar su objetivo, porque la posibilidad de no alcanzar su
objetivo ni siquiera se le pasa por la cabeza”.
El optimista
tiene una perspectiva positiva y esperanzada de lo que vendrá. Esa confianza es
la fortaleza interior con la que supera las dificultades, por eso donde todos
ven obstáculos, ellos ven oportunidades para crecer.
Los hombres
Iehoshua tenían el coraje y la visión para la tarea encomendada, pero había
algo más.
El Malbim (Rab Meir Levush Ben Iejiel
Mijal, 1809-1879) advierte que esta vez los hombres fueron enviados "en
secreto" y sólo Iehoshua sabía sobre la misión, a diferencia de lo ocurrido
con los espías de Moshé, que fueron designados nombrándose su linaje y enviados
a la vista de todo el pueblo.
Esta idea
sugiere un punto interesante: en el texto la identidad de los hombres de Iehoshua
no solo es una incógnita, sino que el Malbim conjetura que el éxito de la tarea
se debió a la discreción con la que fue ejecutada.
Pero Rajav, la mujer que los hospedó, sabía quiénes
eran, y puso en riesgo su propia vida para esconderlos del Rey de Ierijó. Por eso, antes de que los hombres se vayan de la
ciudad, les pidió que cuando invadan la ciudad mantengan con vida a toda su familia:
“…hice con
ustedes benevolencia, también ustedes harán benevolencia con la casa de mi padre…”
(Iehoshua 2:12).
Aquí aparece
uno de los principios fundamentales de la tradición Judía: Jesed, los actos de bondad.
Jesed fue lo
que hizo Rajav abriéndoles la puerta a los hombres de Iehoshua, y es ella quien
más adelante les pedirá que hagan Jesed con su familia, salvándolos de morir en
la conquista de Ierijó, lo que fue respetado y cumplido por Iehoshua.
Dice el
salmista que el mundo se construye con bondad. ¿Te imaginas un mundo donde
Jesed sea la norma?
Nuestros Sabios
enseñan que la cualidad de Jesed está en
la esencia de cada alma judía, y cada vez que hacemos un acto de bondad,
estamos conectándonos con nuestra esencia.
Jesed significa
no esperar las oportunidades para hacer actos de bondad, sino generar las
oportunidades, porque no podemos dimensionar de qué manera nuestras acciones
impactan.
Cualquier
persona en el mundo puede hacer jesed y no existe condición que la limite. Como
Rajav, se hace abriendo la puerta al mundo, muchas veces con la determinación
de asumir riesgos poniendo todo en juego; pero también se hace empatizando,
dando nuestro tiempo, con dinero, con un abrazo, poniendo el oído, o simplemente
estando presentes y en silencio cuando no hay palabras…
Las personas
que nos ayudan a potenciar y dejar florecer esa esencia, transforman todo a su
paso en un círculo virtuoso inconmensurable.
Estas personas singulares
se vuelven extraordinarias realizando pequeños actos de bondad, jesed, y se
entretejen en nuestras vidas en un complejo entramado, floreciendo en nuestras historias.
Shabat Shalom!
Seba Cabrera Koch
27 Sivan 5783 / 16 de Junio 2023
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Bibliografía
-Haftará Shlaj Leja - Iehoshua
2:1-24. Consultado desde Sefaria.org
-Tehilim 89:3. Salmos. 2011. Editorial Kehot Lubavith
Sudamericana.
-Tora con comentario de Rashi, tomo 4 Bamidbar. Aryeh
Coffman. Números Capitulo 13. Pag 208-223
-Yamim Noraim. Torá y generosidad (jesed). 2023. Pninei
Halajá
Referencias
-Dov Lev Los principios de hacer jesed por los demás. 2023.
Aish haTora.
-Gleason, Aranza. En homenaje a Rab Abraham Twerski, tres
enseñanzas que su vida nos deja. 2021. Enlace Judío.
-Grupo Tora Argentina. Importancia de los Actos de
Misericordia (Jesed). 2000-23. Tora.org
-Rigler, Sara Yoheved. Las abundantes bendiciones de Rav
Abraham Twerski. 2021. Aish haTora.
Imagen
Simples actos de bondad que puedes realizar en 2 minutos. Susan
Spencer: Selecciones. 2020
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