Febrero de 2012, California. El auditorio de la
convención anual de TED estaba repleto. Lior Zoref, un científico israelí, avanzó
con seguridad al centro del escenario, y en menos de 18 minutos, cautivó a los
presentes con una de las presentaciones más originales de la franquicia. 1
Zoref sorprendió a la audiencia con un experimento en
vivo: propuso poner a prueba “la
sabiduría de la multitud”. Sin aclarar cuál era el objetivo final, dos personas
trajeron un toro al escenario. Superado el instante de confusión inicial, Zoref
explicó al público que todo lo que tenían que hacer era conjeturar cuánto
podría pesar el animal, y enviar un mensaje de texto. Un software procesaría todas
las respuestas y en tiempo real calcularía el promedio de los datos ingresados.
Lo más probable es que muy pocos de los presentes hubieran
tenido alguna vez contacto con establos, ni mucho menos con toros y vacas u
otros animales de hacienda. Sin embargo, el promedio entre los votantes fue de
813 kilos y medio. ¿El peso real del toro? Aunque parezca increíble: ¡815
kilos!
Con un margen de error cercano al 1%, quedo demostrado
que “la agregación de muchas
estimaciones independientes puede superar el juicio individual más preciso”. 2
Este hallazgo centenario*, conocido popularmente como
la 'sabiduría de las multitudes' **, se ha aplicado a problemas que van desde
el diagnóstico del cáncer hasta la previsión financiera.***
Eso no es todo. En 2015, un grupo de neurocientíficos
emuló el experimento de Zoref, y ante una multitud de casi 10.000 asistentes a
TEDxRiodelaPlata en Buenos Aires hallaron que los pequeños grupos son aún más sabios que las multitudes.
Esta vez, hicieron preguntas como: ¿Cuál es la altura
de la Torre Eiffel? ¿Cuál es la longitud del río Nilo? ¿Cuántas películas
produjo Hollywood en los últimos 20 años?
Argumentaron que
“si una gran multitud está estructurada
en pequeños grupos independientes, la deliberación y la influencia social
dentro de los grupos mejoran la precisión colectiva de la multitud”. 3
En la parasha de esta semana, Itró, el suegro de Moisés
observa a Moshé llevando la difícil tarea de establecer un gobierno para su
pueblo.
“Le dijo el suegro de Moshé a él: No es bueno
lo que tú estás haciendo. No podrás hacerlo solo. Deberás ver de entre todo el
pueblo, hombres de virtud, y los asignarás como jefes de millares, jefes de
cientos, jefes de cincuentenas y jefes de decenas. Que juzguen ellos al pueblo en todo tiempo y que sea que todo
asunto grande te lo traigan a ti y todo
asunto menor, que juzguen ellos. Alivianarán tu carga, y facilitarán tu
tarea. Y entonces podrán alcanzar la paz”. 4
La justicia bien administrada es el factor básico para
la paz social. En palabras de nuestros sabios: Sobre tres cosas el mundo está
afirmado, a saber: sobre la verdad, sobre la justicia y sobre la paz”. 5
Pero Itró vio que Moshé trabaja solo. Debido a las
circunstancias Moshé lleva adelante un sistema de justicia unipersonal,
limitado y agotador. Es aquí cuando Itró le da a Moshé uno de los consejos con más
impacto en la civilización tal como la conocemos: Para establecer un sistema judicial justo y equitativo, hay que
aprender a delegar.
El texto nos indica que Moshé debía buscar personas
capaces, personas dignas de confianza, insobornables. Y lo más interesante,
debía distribuirlos disponiendo “jefes de mil, centenas, cincuentenas y decenas”.
(Ex.18:21)
Acerca de este versículo, los sabios enseñaron que el
número de “jefes de mil” era 600, siendo en total 600.000 hombres; el número de
“jefes de cientos” fue 6,000; de “jefes de cincuenta”, 12.000, y de “jefes de
diez”, 60.000. Por lo tanto, se encuentra que el número total de jueces del
pueblo judío era de 78.600, y se encontraron personas idóneas para ocupar todos
estos puestos. 6
El modelo sugerido por Itró se basa en una jerarquía
según la gravedad de los problemas. Los asuntos menores son tratados por el
tribunal inferior, y los asuntos más serios son tratados por el mismo Moshé.
El éxito de este modelo, me permito inferir, es que
los líderes del “tribunal inferior” formaban un jurado que debatía a su vez los
casos menores del pueblo, repasando todo el corpus de principios, valores
básicos y leyes establecidos por el sistema de justicia que Moshé les estaba
legando.7
Por eso los jueces elegidos por Moshé por su idoneidad
eran “un pequeño grupo aún más sabios que
las multitudes”. Dicho de otra manera, encarnaban
la sabiduría, al servicio de las multitudes.
Según la teoría de Sigman y colaboradores 3 , cuando la gente conversa sobre
un problema suele explicarse mutuamente cómo lo resolvieron, lo que les da una
oportunidad de revisar esos procedimientos y así mejoran sustancialmente sus
estimaciones.
Este encuentro con pares hace visibles los errores que
nos llevan a tomar malas decisiones.**** Aun sin haber pactado nada, sin
conocerse y en poco tiempo, estos grupos
suelen encontrar la forma de llegar a la mejor resolución posible. 8
Buscan el bien
común, y suelen lograrlo.
En la Justicia actual, el juicio por jurados se basa
en la misma idea. Se considera que es más probable que las mentes de varias
personas lleguen a un veredicto más acorde con la verdad que si la
determinación la toma un hombre solo: el juez.
Este es el esbozo de un sistema judicial de un Pueblo
recién salido de su esclavitud.
Este sistema ayudó a darle forma al mundo tal como lo
conocemos hoy, y se fundamenta en un principio básico que desde hace 3500 años
nos permite funcionar como una sociedad moral: la búsqueda de una justicia justa, que ve en el otro a un ser humano
que también cree en la justicia, y busca construir la paz juntos.
El todo es más que la suma de las partes.
Shabat Shalom!
Seba
Cabrera Koch
19 Shvat 5783 / 10 de Febrero de 2023
Fuentes consultadas
1. Paenza A. “Puerta equivocada: una nueva entrada
al parque de diversiones de la matemática”. 1ª ed. - Buenos Aires. Sudamericana,
2014. Pág. 29 – 33
2. Navajas,
J., Niella, T., Garbulsky, G. et al. “El conocimiento agregado de un pequeño
número de debates supera la sabiduría de grandes multitudes”. Nat Hum Behav 2 ,
126–132 (2018). https://doi.org/10.1038/s41562-017-0273-4
3. Sigman M. “How can we improve democracy? One intriguing idea: Set up
a jury system”. Articulo.
https://ideas.ted.com/how-can-we-improve-democracy-one-intriguing-idea-set-up-a-jury-system/
4. Condensado
de Éxodo capítulo 18, versículos 13 al 27.
5. Pirke
Avot, Capítulo 1, Mishna 18.
6. Talmud
Babli: Sanedrin 18a https://www.sefaria.org/Sanhedrin.18a.3?lang=bi
7. https://www.myjewishlearning.com/article/a-system-of-justice-and-the-details-of-a-moral-life/
Notas
*
Este concepto científico surge en 1907. Francis Galton, durante una feria de
ganado, decidió organizar un concurso para ver si la gente era capaz de estimar
con acierto el peso de un buey. Para la prueba, Galton recopiló las
estimaciones de 800 personas, que anotaron su cálculo en un papelito, y después
las sumo y obtuvo la media. Sorprendentemente el resultado entre el peso
estimado por los concursantes y el peso real del animal dio una estimación con
un error inferior al 1%.
**
Dependiendo del autor y la fuente, también es conocida como sabiduría de grupos
o inteligencia colectiva, entre otros términos similares.
***
Galton, al descubrir que el promedio de las opiniones era más preciso que el
criterio de los mejores expertos, hallo que la “sabiduría de las multitudes”
funciona por un principio estadístico muy sencillo: todo el mundo comete
errores, pero al promediar todas las opiniones esos errores se cancelan.
****
Las decisiones de un grupo están sesgadas a menudo por el 'efecto rebaño'. Si
bien es cierto que en determinados ámbitos, la multitud puede tomar mejores
decisiones que los individuos aislados y los aciertos se incrementan cuanto más
amplio es el grupo. Pero en otros contextos, la inteligencia colectiva fracasa
estrepitosamente y se convierte justo en lo contrario, cuando muchos se equivocan
y terminan reafirmándose en su error.
IMAGEN: New cardo –
Sanctuary Print. Yoram Raanan Art.
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