BEHAALOTEJÁ: Educar es un acto de amor

 


Hace casi un siglo, Sigmund Freud, creador de la teoría psicoanalítica, postuló que educar era una profesión imposible.

La declaración puede ser confusa y poco clara. ¿A qué se refiere con imposible?

El filósofo español Amador Fernández Savater explica que en un esquema ideal hay un sujeto que sabe (educador) y determina efectos sobre un sujeto mudo, ignorante y pasivo (educando). [1]

Pero la realidad del aula de la vida demuestra que no solo es imposible tal control, sino que no lo deseamos. Padres y educadores soñamos con influir en nuestros hijos y alumnos, que abran las alas, que sean creativos y empáticos, que elijan su camino.

Maestros y maestras, morim y morot, juegan un rol esencial en la construcción no solo de conocimientos, sino en la formación integral de una persona.

Pero educar es un acto complejo que no se circunscribe única y exclusivamente a las escuelas o espacios de educación formal: padres, tíos, abuelos, hermanos, tutores, quienes cuidamos y brindamos tiempo y atención, somos educadores también. Esta es una gran lección para todos nosotros.

La lectura que nos convoca esta semana, Parashat Behaalotejá, empieza describiendo el encendido de la Menorá en el Mishkan:

Habla a Aarón y dile: Cuando enciendas las candelas, hacia la parte frontal del Candelabro deberán alumbrar las siete candelas. (Núm. 8:2)

En esta mitzvá hay una instrucción especial sobre cómo encenderlas: es necesario acercar el fuego a la vela que se está encendiendo, hasta que la misma pueda encenderse de forma independiente. Hasta que la llama suba por sí sola, escribe el gran exegeta Rashi.

Rashi explica que ascender significa que el sacerdote debe encender la llama para que ascienda por sí misma, hasta pueda valerse por sí misma. (Shabat 21a).

Recuperando las palabras de Freud, la tarea educativa puede no tener un resultado inmediato o tal vez ni siquiera satisfactorio en este momento, pero aun así seguimos apostando a lo que vendrá, sosteniendo la luz aun en los escenarios más inciertos.

Sospechamos que algo es imposible porque se insinúa inalcanzable o muy difícil de concretar, pero todos sabemos que las metas sin esfuerzo rara vez se logran.

Sin embargo, esa imposibilidad trae consigo un poder incalculable porque nos motiva, fortaleciéndonos para superar las adversidades y desafíos.

Lo imposible es el plano desde donde podemos pensar lo posible, haciendo real lo abstracto. Y desde allí, trazamos puentes para ayudar a otros a transitar por ese estrecho camino.

Educar a un niño es muchas veces un viaje incierto, pero quizás la mirada de Rashi confronte el postulado de Freud, inspirándonos para ser educadores de lo imposible, invitándonos a reflexionar con el requisito a cumplir por la persona que enciende la Menorá: como Aarón, es necesario trabajar y encender el fuego, pero no seguir adelante antes de que la luminaria arda por sí sola.

Sin dudas ese tiempo que pasemos sosteniendo esa luz, es el que seguramente nuestros niños recordaran como los años maravillosos en que crecían acompañados.

Educar es un acto de amor.

 

Shabat Shalom!

Seba Cabrera Koch

21 Sivan 5783 / 9 de Junio 2023

 

Para la elevación del alma de mi abuela Nora Nayi ZL,

quien fue una verdadera maestra de la vida para todos los que la conocieron.

 

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Notas

[1] Freud en Análisis terminable e interminable (1937) plantea que en la civilización contemporánea existirán tres prácticas imposibles de transmisión, que serán gobernar, educar y psicoanalizar. Según una versión anterior, Freud (1925) consideró que estos tres imposibles serian: educar, curar y gobernar. Son profesiones imposibles porque todo abordaje redundara en la insuficiencia del resultado: así Freud caracteriza lo incalculable, y por ende la dificultad de transmisión del saber.

 

Bibliografía

-Fernández Savater, Amador. Curar, educar y gobernar: prácticas de lo imposible. 2019. Filosofía Pirata.

-Freud, Sigmund. Prólogo a August Aichhorn. 1992. En Obras Completas Sigmund Freud.

-Talmud de Babilonia, Shabat 21a. Consultado desde Sefaria.org

-Tora con comentario de Rashi, tomo 4 Bamidbar. Aryeh Coffman. Números 8:1-2. Pag 124-125.

 

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