Jukat – Balak: mirar al interior para elevar la mirada.


 

Corría el año 1199, y un manuscrito de La Guía de los Perplejos esta en Provenza, Francia, para ser traducida del árabe al hebreo.

Shmuel Ibn Tibón, encargado de traducir la monumental obra, le escribe a su maestro manifestándole su intención de viajar a Egipto para visitarlo, estudiar con él por unos días y consultarle algunos puntos de la traducción.

El RaMBaM [1], le respondió con una famosa carta excusándose, dejando entrever los pormenores de su dia a dia:

“Vivo en Fostat y el sultán reside en el El Cairo. Visito al Sultán todos los días, temprano por la mañana, cuando él o alguno de sus hijos, o cualquiera de las mujeres de su harén están indispuestos… También sucede con frecuencia que uno o dos oficiales de la corte se enferman, y yo los debo atender y curar. Permanezco en el palacio la mayor parte del día. Por lo general llego a El Cairo muy temprano por la mañana y no regreso a Fostat hasta avanzada la tarde.

Al llegar a mi casa en Fostat casi muerto de hambre, encuentro los pasillos de mi casa llenos de pacientes, tanto judíos como gentiles, nobles y gente común, jueces y oficiales, amigos y enemigos, una multitud impaciente que espera el momento de mi regreso.

Desmonto de mi animal, me lavo las manos, me acerco a mis pacientes y les suplico que tengan paciencia conmigo mientras tomo un ligero refrigerio, la única comida que consumo en veinticuatro horas. Luego salgo para atender a mis pacientes y escribo recetas e instrucciones para sus diversas dolencias. Los pacientes entran y salen hasta el anochecer y, a veces, te aseguro solemnemente, hasta dos horas o más una vez entrada la noche. Converso con ellos [sobre sus dolencias] y les prescribo sus medicinas mientras me recuesto por el cansancio y cuando cae la noche, estoy tan agotado que apenas puedo hablar”.

Él, rabino y líder de la comunidad judía de Egipto, filósofo y uno de los pensadores judíos más influyentes, fue también un médico notable.

Se le atribuye el Juramento Médico de Maimónides, una breve declaración de principios del quehacer médico, universalmente aceptado como lo más cercano al ideal de esta maravillosa profesión.

Sin embargo, es en la Oración de Maimónides [2], un escrito más extenso y explícito, donde se puede apreciar la impronta de su labor, su amor por D-s y todas las criaturas, el conocimiento de lo inconmensurable y de las limitaciones de nuestros cuerpos y almas:

“Boré Olam, antes de comenzar la sagrada tarea de curar a Tus criaturas, expreso mi ruego delante de Ti, para que me concedas el valor y las fuerzas para hacer mi trabajo médico con integridad.

Boré Olam, es sabido por todos Tus súbditos que Tú eres Quien envía el sufrimiento a quienes lo merecen y Tú eres Quien se apiada de los que sufren, sabiendo que en última instancia la vida, la muerte y la curación de las enfermedades y el dolor está en Tus manos y que eres Tú quien determina el éxito o el fracaso de mi curación.

Concédeme el mérito para que nunca deje de sentir compasión por todos lo que sufren…” [3]

En una de las porciones de la Torá que nos convoca esta semana, Moshé lleva a cabo una orden enigmática:

“Dijo D-s a Moshé: Hazte una serpiente abrasadora y colócala sobre un poste. Y sucederá que todo el que haya sido mordido mirará la serpiente y vivirá. Moshé hizo una serpiente de cobre y la colocó sobre el poste; y sucedía que si la serpiente mordía a un hombre, éste miraba fijamente a la serpiente de cobre y vivía”. (Bamidbar, Números 21, 8-9).

El lector avizor podrá hallar aquí una reminiscencia al emblema oficializado por la Organización Mundial de la Salud en 1948.

El origen del símbolo de la Medicina nos remite a la mitología romana. Se cuenta que cuando Esculapio visitaba a uno de sus pacientes, una serpiente se enredó en su bastón y al darse cuenta la mató. Poco tiempo después apareció otra serpiente con hojas de una planta en su boca y se las dio a la serpiente muerta, volviéndola a la vida de inmediato. En adelante, Esculapio tomaría algunas de estas hojas, utilizándolas para curar.

Volviendo al pasuk, los Sabios se preguntan: ¿Acaso la serpiente puede quitar la vida o devolver la vida? La Mishná explica que cuando los israelitas miraban fijamente hacia arriba, en dirección a la serpiente de cobre suspendida en el poste, “sometían sus corazones a su Padre celestial, entonces se curaban; pero si no, enfermaban”. [4]

Jizkuni, Ezequías bar Manoaj, rabino y exegeta francés del siglo XIII, explica que “el cobre, por efecto del sol, era fulgurante y por lo tanto, dada la altura del poste, cada persona del extenso campamento de Israel podía verla desde su lugar”.

Se insinúa un llamado para volver a levantar la cabeza, elevar la mirada: por unos segundos dejar de ver el problema y empezar a cambiar de perspectiva.

Los Sabios hicieron hincapié en que no debe verse a la serpiente de cobre como un instrumento mágico, que por el mero hecho de mirarla el hombre podía curarse, sino que tenía como función promover un cambio en el corazón de cada uno.

Entonces, cuando el ser humano comprende que Todo se rige según la Voluntad del Creador, la serpiente de cobre vuelve ser tan solo un signo.

Sin lugar a dudas, la enorme abnegación y altruismo de Maimónides lo elevó a la categoría de médico excepcional; sin embargo, su profunda espiritualidad no le permitió olvidar que “todo está en manos de Cielo”, porque su capacidad intelectual era un regalo, y la posibilidad de cambiar el mundo con ese talento, su misión.

Menajem Mendel Morgensztern de Kotzk, mejor conocido como el Kotzker Rebe, decía que la gente acostumbra mirar el cielo y preguntarse qué ocurre allí. Sería mejor si miraran hacia su interior para ver qué ocurre dentro de él.

Tal vez allí, veamos todo con más claridad.

 

Shabat Shalom amigos!

Seba cabrera Koch

11 de Tamuz 5783 / 30 de junio 2023

 

Notas

[1] Nació en Córdoba en 1135 y murió en Egipto en el 1204. Los distintos nombres por los que se lo conoce, atestiguan el reconocimiento universal del que es merecedor. Moshé ben-Maimón, llamado RaMBaM (acrónimo para Rabi Moshé ben Maimón), como lo conocemos en el pueblo judío; Ibn Maymun, en el mundo islámico; y Maimónides, la forma griega y occidental con la que trascendió a lo largo de los siglos hasta nuestros días. Fred Rosner, uno de sus principales biógrafos, sintetiza magistralmente su vida y legado: el RaMBaM tenía un conocimiento enciclopédico. Fue un maestro en filosofía, teología, matemáticas, astronomía, ética y, por supuesto, medicina. Como médico, él trató las enfermedades basándose en el método científico, dejando a un lado las supersticiones y reglas preconcebidas. Su actitud hacia la práctica de la medicina se fundamentó en sus profundas creencias religiosas, las cuales transformaron la preservación de la salud y de la vida en un mandato divino.

 

[2] Lo que se conoce como Oración de Maimónides, fue publicado por primera vez en 1783 por el filósofo y médico judío alemán Marcus Herz, bajo el título “Oración diaria de un médico antes de salir a visitar a sus enfermos. Según un manuscrito en hebreo, de un famoso médico judío del siglo XII, que trabajó en Egipto”. Si bien Herz lo describió como una traducción de un texto hebreo original que insinúa atribuir a Maimónides, la erudición moderna sugiere fuertemente que el texto era en realidad del propio Herz.

 

 [3] Se seleccionaron solo algunos extractos a los fines del presente ensayo. El contenido completo se puede consultar en Tora.org (v. bibliografía: Bitton Iosef).

 

[4] Basado en Talmud Yerushalmi, Rosh Hashana 3:9; y en Talmud Bavli Rosh Hashana 29a. Ambas entradas consultadas desde Sefaria.org

 

Bibliografía

-Aguinis, Marcos. Maimónides. (1976). Biblioteca Popular Judía: Buenos Aires.

-Bitton, Iosef. Oración para un Médico. Maimónides. 2000 – 2023 Tora.org © Grupo Tora Argentina

-Cerda Lorca, Jaime. (2009). Moisés Maimónides, "médico de príncipes, príncipe de los médicos". Revista chilena de infectología, vol.26, n.4, pags.370-373

-Cherlow, Yuval. La serpiente abrasadora-¿para bendición o maldición?. 2023 © haTanaj.org

-Heschel, Abraham Joshua. La democracia y otros ensayos: Los últimos días de Maimónides. (1987). Ed. Seminario Rabínico Latinoamericano: Buenos Aires.

-Material de Bioética: Oración de Maimónides. (2023). Unidad de Humanidades y Ética Médica. Universidad de Navarra

-Gutiérrez L. et al. Origen y evolución del símbolo de la Medicina (2004) Educación Medica Superior: La Habana.

-Tora con comentario de Rashi, tomo 4 Bamidbar. Aryeh Coffman. Comentario de Rashi a 21:9 pág. 360

 

 

Imagen

Maimónides enseñando a los estudiantes. Manuscrito iluminado, año 1347. Imagen de dominio público: Wikiwand.

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