Cuando
llegaron a una de las casas, alguien quiso ver quién los ayudaba: para evitar
que los descubrieran, Mar Ukva y su esposa huyeron y se escondieron en un horno
recién apagado, pero que aún ardía.
Las
piernas de Mar Ukva inmediatamente comenzaron a arder, pero no las de su
esposa. Ella le dijo: “Levanta tus piernas y ponlas sobre las mías, que no
están quemadas”.
Al observar
que solo su esposa se salvó de las quemaduras, Mar Ukva se angustió al comprender
que ella recibió una protección que él no tuvo. El daba dinero anónimamente, entonces
los beneficiados no conocían a su benefactor, pero él tampoco los conocía a
ellos.
La
esposa de Mar Ukva en cambio, normalmente estaba en casa y la gente pobre solía
ir a verla, ella los invitaba a entrar, les servía en la mesa. En su tzedaká había
estima y consideración, porque ofrecía alimentos que podían consumir de
inmediato.
La
historia concluye con una reflexión de la mujer: “Dado que distribuyes dinero,
que no es tan útil, mi ayuda es mayor que la tuya”.
La
conclusión, aparentemente contradice las Leyes que ordenan los ocho niveles de tzedaká
del RaMBaM [2]; sin embargo, parecería que la
manera en que nos relacionamos con los demás, nuestras actitudes hacia ellos,
son las que nos hacen “aumentar de nivel”, al dejar huellas imborrables en quienes nada esperaban de nosotros.
Son
nuestras acciones las que nos definen, y son nuestras acciones las que hablan
por nosotros.
Hay
situaciones que nos recordarán el quebrantamiento del mundo, y no podremos
eludir nuestra responsabilidad; pero al involucrarnos, con nuestros actos
comienza nuestro viaje colectivo de regreso a la reparación y la plenitud.
La
porción de la Tora que nos reúne nuevamente esta semana (en Eretz Israel y en
la diáspora) es Pinjas. Aquí, el Rab Jonathan Sacks ZL trae un midrash muy
interesante en el que varios Sabios presentan su idea de klal gadol baTorá, “el
gran principio de la Torá”:
Ben
Azzai dice
que es el versículo: “Este es el libro de las crónicas del hombre: El día que D-s
creó al hombre, lo hizo a semejanza de D-s” (Génesis 5:1).
Para Ben Zoma, el Shemá encierra en sí mismo un principio más amplio: “Escucha
Israel, hashem es nuestro D-s, hashem es uno”.
Ben
Nannas asegura
que hay una afirmación más elevada: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Finalmente, Ben Pazzi, alude haber encontrado un
principio aún más importante: “Ofrecerás un cordero por la mañana, y el otro
cordero ofrecerás al atardecer.” (Números 28: 4) [3]
El pasaje concluye: La ley
sigue a Ben Pazzi.
En
primera instancia, en la cita de Ben Pazzi se sugieren lo que más tarde serian nuestras
tefilot: Shajarit, Minja y Maariv; pero en un sentido mas profundo, la afirmación
de Ben Pazzi insinúa que los ideales
elevados a los que aluden Ben Azzai, Ben Zoma y Ben Nannas -la persona
humana como imagen de D-s, la fe en la unicidad divina y el amor al prójimo- cuentan poco sino se convierten en hábitos
de acción.
Todos podemos recordar momentos de epifanía cuando creímos descubrir de
qué se trata la vida, cual es nuestra mayor aspiración o cómo nos gustaría
vivir. Y un día, una semana, o un año después, la inspiración se desvanece y se
convierte en un recuerdo lejano y quedamos como antes, sin cambios.
Sin embargo, es nuestra “rutina” lo
que moldea nuestra percepción de la realidad, convirtiendo nuestros patrones de
comportamiento e influyendo en nuestra
forma de actuar.
Es
posible que la mayoría de nosotros no tengamos el coraje de la esposa de Mar Ukva,
pero hace falta muy poco para empezar a hacer
justicia y reparar el mundo; aportando un plus de nuestro tiempo y dedicación,
nos transformamos en protagonistas.
La
Mishná dice que no nos corresponde terminar la labor, pero no somos libres de
desistir de ella [4].
Hay
mucho que podemos hacer.
Son nuestros hábitos los que
al fin y al cabo importan, porque es
aquello que hacemos día tras día lo que termina definiendo quienes somos.
Shabat
Shalom !
Seba
Cabrera Koch
19
Tamuz 5783 / 7 Julio de 2023.
Notas
[1] Mar Ukva, vivió en el siglo III e.c. en
Babilonia. Fue uno de los primeros exilarcas, líderes de la comunidad judía en
Babilonia que afirmaban descender de la Casa de David. Fue un importante juez y
erudito y alumno de Shmuel. Conocido por su piedad y riqueza, fue famoso por su
discreción y generosidad.
[2] Hay ocho niveles de tzedaká, cada uno más
grande que el anterior. El mayor nivel, por encima del cual no hay más grande,
es ayudar a una persona concediéndole un regalo o un préstamo, o entrar en
sociedad con él, o encontrarle un empleo, a fin de que ya no necesite depender
de otros... Un nivel menor de tzedaká es dar a los pobres sin saber a quién se
da, y sin que el receptor conozca de quien recibió (sería el caso de Mar Ukva).
Cuatro niveles más abajo (sexto sobre una escala de ocho), es cuando uno da a
la persona necesitada después de que se le pide (esposa de Mar Ukva).
[3] Rab Jonathan Sacks Z`L explica que este
pasuk se cita en la Introducción al comentario HaKotev a Ein Yaakov, los
pasajes agádicos recopilados del Talmud.
[4]
Pirkei Avot: Capítulo 2 -
Mishná 16
Bibliografia
-Ibn Habib, Yaakov et
al. Ein Yaakov. Midrash. Consultado
desde sefaria.org
-Miller, Phil. Table for two. © 2002-2023 My Jewish Learning.
-Maimonides. Mishne Tora: Los ocho niveles de
Caridad. Consultado desde chabad.org
-Muhafra, Iaacob. “Pirkei Avot: Comentarios,
reflexiones y maasiot”. (2014) Or Lajaim.
-Parashat Pinjas, Números 25:10-30:1
-Sacks, Jonathan.
“Sprints and Marathons”. © 1981-2023 The Rabbi Sacks Legacy Trust.
-Talmud Bavli: Tratado Ketubot 67b.
Consultado desde sefaria.org
-Tora con comentario de Rashi, tomo 1
Bereshit. Aryeh Coffman. Genesis 5:1. Pag 67.
-Tora con comentario de Rashi, tomo 3 Bamidbar.
Aryeh Coffman. Numeros 28:4. Pag 496-497.
Imagen
Becarios de Repair the World. Crown Heights, Brooklyn,
Nueva York. (Reparar el Mundo / vía JTA) ©EnlaceJudíoMéxico
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