Por Seba Cabrera Koch
En 1898, Emile Zola con su carta titulada "J'accuse" (Yo acuso), conmovía
a la opinión pública francesa: en sus palabras dirigidas expresamente al
presidente de la República Francesa, denunciaba
la corrupción y el antisemitismo subyacente en el caso Dreyfus.
El artículo, que ocupó
íntegramente la primera plana del diario L'Aurore, impactaría de forma
determinante en la defensa del oficial judío.
Actualmente el manuscrito de
Zola es considerado un monumento histórico. El original del
"J'accuse" que conserva la Biblioteca Nacional de Francia, deja entrever
la prisa con la que fue escrito: el papel está manchado de tinta y no fue
pasado a limpio, desnudando un trazo urgente y dramático.[1]
Fue enviado rápidamente a
una imprenta ante la apremiante necesidad de ser publicado. La defensa del inocente no podía esperar.
Hoy en perspectiva, reconocemos su valor, la historia y sus implicancias.
Desde Emile Zola, nos inspira la figura del ciudadano comprometido con su realidad, alguien que elige intervenir porque "no puede quedarse sin actuar", un defensor de la justicia y la verdad sin más armas que una conciencia limpia y una escritura filosa.
Con muy poco tiempo, la
misión fue escribir un discurso, un auténtico manifiesto a favor del mundo
libre. El 7 de noviembre, a un mes del criminal ataque de Hamas, la Plazoleta IV Siglos nos vería emulando
la hazaña del "J'accuse” en pleno centro salteño.
Una hoja que permanece en
blanco, es una historia que aún no fue contada. Quedarnos en silencio es ser
insensibles ante la sangre de nuestros hermanos.
Así, escribir significaría
tomar posición en una guerra donde LAS PALABRAS serian nuestras armas, y el
mejor argumento nuestra punta de lanza. Escribir significaría, una vez más, contrarrestar
la falsedad con mil verdades, desacreditar el extremismo y el fanatismo con una
prosa punzante, mientras las imágenes de muerte vuelven a agrietarnos el
corazón.
No estuve solo. En este
camino, el “am ejad, lev ejad” [2] cobro más fuerza y
vigencia que nunca. Muchos, como yo, necesitábamos expresar el grito ahogado.
Por eso, escribir el
Discurso “El sábado 7 de octubre de 2023
el mundo amaneció paralizado por el horror” es también un homenaje a todos
los que creyeron que podría ser posible. Es una ofrenda de Paz, y también una
oportunidad para expresar públicamente mi agradecimiento.
El Talmud nos enseña: “Todo aquel que cita en nombre del autor
trae redención al mundo” [3] . Incluso antes de
que existan las leyes de copyright, la tradición judía nos ordena a citar las
fuentes, no olvidar a quienes nos enseñaron algo y de quienes aprendimos mucho.
Agradecer es demostrar dignidad, reconociendo que no
podemos solos y que juntos somos aún mejores.
Esta sea quizás la mejor virtud de nuestro Pueblo.
El secreto es que no soy más
que un entusiasta, pero tuve el kavod de
ser acompañado por personas que brindaron lo más valioso que pueden dar: su
amor, su talento y su tiempo.
Gracias.
Sinceramente gracias:
-Al Dr. Pablo Chalcoff, hermano y javruta: su vocación, generosidad y
compromiso se evidenciaron desde el momento en decidió aventurarse en este
trabajo. Sabíamos que ante un escrito visceral, solo un apasionado como él
sería capaz de poner el alma para sostener tanta vehemencia. Más que nunca, su
voz fue la VOZ de todos allí.
-Al Prof. Dr. Udi Manor: en una revisión analítica y
desafiante del contenido halló los puntos donde era necesario profundizar,
problematizando lo que en una primera lectura era simple, aportando así nuevas
reflexiones. Su colaboración es inestimable: fue un lujo haber contado con su guía.
-A la Dra. Adriana Camisar y al Ing. Fernando Camisar: sus revisiones finales
permitieron pulir y transformar un borrador verborrágico en un verdadero
discurso apto para su presentación en público.
-Al Lic. José Manuel Díaz Watson: el primero es
el más valiente, sin dudas. Antes que nadie, y cuando todo aun era una utopía,
sus palabras inspiraron y despertaron a la sensibilidad que daría forma a este
artículo.
-A Organización Sionista Argentina Filial Salta: creemos firmemente
que el todo es más que la suma de las partes. OSA Filial Salta es
más que la representación local de una institución, es un equipo de soñadores formado por Niv, Pablo, Gisel, José, Gaby y
Marcos, reunidos con el propósito de trabajar en pos de los valores sionistas.
-A la Comunidad Judía de Salta, a nuestra Comunidad, por CONFIAR. Que este artículo sea mi humilde contribución, pero también un recordatorio de que la unión es nuestra mayor fortaleza.
Por último, ajaron, ajaron
javiv –lo mejor para el final–, mi profundo agradecimiento a mi esposa Marianela y a mis hijos Eithan y Meital. Con amor, advirtieron que mis sueños demandan horas de
ausencias que no podré retribuirles, pero escribo
con la convicción de que se puede cambiar el mundo. Soy un idealista, y
ustedes mi familia, mi mejor legado.
Hugo Sebastián
Cabrera Koch,
Seba.
9 de Noviembre de
2023.
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